Al lector a lo mejor le sorprenda saber que los animales más numerosos del planeta no son los perros o las hormigas, ni los mosquitos, ni las vacas, sino el krill y los colémbolos. Son pequeños animales pero de gran número. Parafraseando a Isaac Asimov en uno de sus escritos “lo numeroso es pequeño”.
Pero la cosa seguro no terminará allí sino que el lector, en caso de que no los conozca, querrá saber qué diablos son estas cosas y por qué han pasado desapercibidos de la mayoría de nosotros?. Pues a continuación haré una breve descripción de estas singulares especies que inundan nuestro planeta, manteniendo la cadena alimenticia y por lo tanto el equilibrio de todo el ecosistema. Su número es tal que es difícil incluso imaginarlo y por lo tanto se especula su número por unidad de superficie o volúmen, pudiendo llegar a superar los 60,000 individuos por cada metro cuadrado en el caso de los colémbolos.
Antes de seguir hay que aclarar algo. Es difícil definir qué es un animal. Por ejemplo, todavía no está claro si una microalga como las cianobacterias son animales o plantas, así que dejaremos algunas especies, donde exista ambiguedad, de lado.
El Krill
Para hacerlo sencillo digamos que el krill es una suerte de camarón diminuto, aunque hablando estrictamente no es un camarón, así como una langosta puede parecer un camarón grande, sin convertirse con ello en uno. Habita en todos los mares pero su concentración es considerable cerca de la Antártida, donde es importante fuente de alimento de ballenas, pinguinos y peces. Se moviliza en inmensos cardúmenes que son como nubes gigantescas en lo profundo del océano. De una sola bocanada una ballena jorobada puede engullir decenas de miles de individuos. En la noche el denso cardumen sube a la superficie para alimentarse y es blanco de un sinnúmero de especies que esperan este momento para darse un festín.
Actualmente, la pesca desmedida y el cambió climático han comenzado a mermar las poblaciones de krill, lo que representa un potencial problema para toda la cadena alimenticia en un futuro cercano. Para no explicar más, aquí las fotos del animalito.
Colémbolo
Los colémbolos son diminutos insectos terrestres, que pueden llegar a ser tan pequeños como el grosor de un cabello humano. Viven en todos los continentes y es muy probable que hayamos estados junto a alguno de ellos en algún momento sin darnos cuenta. Se adaptan muy bien a todos los entornos, tanto así que una especie de colémbolo fue hallada en una cueva a casi 2000 metros de profundidad, convirtiéndose en el artrópodo encontrado a mayor profundidad en la tierra. Se alimentan de esporas, nemátodos, bacterias y cualquier otra cosa más diminuta que ellos. De hecho existe un tipo de colémbolo que resulta ser un parásito de otro insecto, de las termitas específicamente, alimentándose de cualquier desperdicio que éstas dejen. Imagínense, hay que ser muy pequeño para ser un parásito de un insecto ya de por si pequeño.
Saltan, como las pulgas, pudiendo llegar a distancias de varias veces su tamaño… claro, tratándose de un animal tan pequeño, estas “grandes” distancias no llegan a superar los 5 milímetros. En fin, para no alargarles el cuento les comparto unas imágenes de este pequeño habitante.