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La isla más grande de la provincia de Manabí, en Ecuador tiene un nombre que evoca una dualidad. De por sí, linguisticamente hablando significa un color o un metal; y es por esta misma razón se originaron dos versiones del posible orígen del nombre de la isla: unos dicen que se llama así por el color que reflejan sus flancos llenos de guano al atardecer y otros dicen que porque hay un tesoro (de plata obviamente) enterrado en el lugar. La verdad, la relato a continuación y apareció sin querer leyendo un antiguo libro de piratas… ya se, ya se, muchos de mis escritos comienzan cuando me encontraba leyendo un antiguo libro, pero qué se le va a hacer, parece que al final del día esto se está convirtiendo en un “sello” mio. 🙂
El libro en cuestión es uno muy particular, pues fue escrito por un pirata de verdad, en particular por Alexandre Olivier Exquemelin, un bucanero francés que hizo las veces de cronista a bordo de los barcos piratas que tripuló. Sus crónicas fueron publicadas en el libro titulado Bucaneros de América, en 1678. En esta obra además se relatan los orígenes peculiares de los bucaneros, algo que también explico brevemente en este otro artículo.
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El libro fue inicialmente publicado en neerlandés, pero pronto fue traducido a otras lenguas y se hizo muy popular en su época. Las leyendas de piratas siempre han sido inspiración para todo tipo de historias y éste tenía la particularidad de haber sido escrito por un bucanero auténtico.
En buena parte de libro Exquemelin relata los patrullajes que hacían alrededor de la Isla de la Plata, donde eventualmente se aprovisionaban de alimento, en especial tortugas, cuya carne secaban en el lugar, para luego almacenar a en los barcos. Conocían las corrientes alrededor de la isla, los vientos y tomaban de prisioneros a españoles o indios conocedores del sitio, para que les asistieran en la navegación.
Cabe mencionar que para los piratas, el nombre de la isla no era el que conocemos hoy en día, sino Isla de Drake. Sí, como Sir Francis Drake, el famoso y temido pirata, conocido por los españoles como “El Dragón”. Claro, les resultará raro que un pirata tenga el título de Sir? Notaron eso? Pues resulta que Drake, para los ingleses, no era un pirata sino un expedicionario y también corsario, que peleaba a nombre de la bandera inglesa cuando le convenía y cuando no, pues, hacía sus “trabajitos sueltos” por allí pillando barcos ajenos. Ya saben, inicialmente los piratas eran financiados en “secreto” por otros países europeos a quienes no les convenía que España obtuviera riquezas de América. Pero esto es otra historia y muy larga. Volvamos a la nuestra.
La parte del libro que nos interesa la he traducido de la versión del libro en inglés y se las dejo a continuación.
Esta isla recibió su nombre de Sir Francis Drake y sus famosas acciones. Porque se cuenta que aquí hizo la repartición de esa gran cantidad de plata que tomó de la armada española, distribuyéndola a cada hombre de su compañía en cuencos enteros llenos. Los españoles afirman que tomó entonces veinte toneladas de plata y dieciséis tazones de monedas acuñadas para cada hombre, siendo entonces su número de cuarenta y cinco hombres en total, de modo que se vieron obligados a arrojar gran parte por la borda, porque su barco no podía transportarlo todo. Por eso esta isla fue llamada por los españoles Isla de Plata, y por nosotros Isla de Drake.
— Buccaneers of America, por Alexandre Exquemelin
Aparte del orígen del nombre, que creo queda bastante claro, no se si les llama la atención lo mismo que a mi y es que cerca de la Isla de la Plata aun hay gran cantidad del botín, que los piratas echaron al mar! Un tesoro que despertará el interés por la aventura de más de uno, pues algunos han tratado de buscar aquel tesoro de “leyenda” en la isla misma, pero es probable que estén buscando en el lugar equivocado.
Los dejo con ese dato curioso 😉